domingo, 18 de diciembre de 2016

VIVA LA VIDA

El post que usted leerá a continuación hace parte de las tantas ideas que se cruzan por la mente de este sujeto, es producto de uno de los tantos días existenciales que si usted me conoce sabe que tengo con frecuencia, es producto de pensar que estamos en un mundo carente de sentido lógico el cual necesita más amor por cada gramo de existencia, es producto de pensar en que en algún momento tenemos que verle el verdadero valor a las cosas, lo publico no porque considere que sea el mejor escrito hasta el momento o que realmente le vaya a cambiar la vida a alguien con esto, NO, realmente el sentido que tendrá este blog a partir de ahora será algo distinto, más pegado hacia la publicación anterior, más lleno de historias pero lo que si dejo claro es que agradezco inmensamente a una sujeta que se ha dedicado a luchar por ser mejor, a una pequeña Colombianita que sin duda me hace pensar que todo puede ser mejor, que todo en esta patria boba no está perdido, Mo, sigue así y construirás País, para la Colombianita con futuro... 


Para qué la vida

Estoy vivo, sí, pero esto ¿qué tan importante es? Sin duda puede tener relación con esas preguntas existenciales que llegan a la vida de muchos ¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿Para dónde voy? ¿Para qué existo? preguntas inútiles a decir verdad pues más que ser el producto de una sumatoria de factores somos en realidad lo que queremos ser, se va para donde se quiere ir, en realidad saber de dónde venimos no puede resolver nada porque muchos han llegado de lugares llenos de maldad y transforman su vida por lo que anhelan, el para donde se va al final termina siendo un tiquete abierto para tomar la decisión de embarcarnos hacia donde siempre hemos ido o a lugares nuevos que se quiera conocer y disfrutar (aplica para viajes reales o de vida)

En realidad la importancia de la vida de cada cual desde un sentido social e igualitario podríamos decir que es la misma para todos, y para no meterme en discusiones banales sobre la importancia de que unos estén vivos o no, me quiero centrar en la importancia que debe tener para cada uno estarlo. Sin importar la cantidad de gente que se fije y le importe nuestra vida continua o se detiene en cualquier momento por X circunstancia; la pregunta a hacerse es ¿me importa mi vida? ¿me importa lo que hago con mi vida? Bueno, puede que existan personas que crean que su vida sin duda es la más importante de la tierra y que nada puede continuar sin su existencia, MENTIRA, todos somos perfectamente prescindibles y reemplazables, siempre llegará alguien que haga las cosas igual o mejor que nosotros u otros que remplacen las tantas funciones que realizábamos, al fin y al cabo no sabemos hasta donde nos toca vivir, no es esa la importancia que se debe tener en la vida.

Pienso que la vida misma en si no es importante, lo importante realmente son las acciones que tenemos mientras estamos vivos, la existencia misma es pasajera y poco trascendente pero el impacto de lo que hagamos o dejemos de hacer afecta a más personas de las que podemos imaginar, pues estamos en un mundo carente de buenas acciones, no de esas grandes de donaciones astronómicas, o trabajo incansable por los “más necesitados” sino de una sonrisa, de ayudar al vecino con lo que trajo del mercado, de presentar a alguien que en realidad puede ayudar más que nosotros, de tratar de comprar más cosas innecesarias, de sembrar árboles (necesitamos más oxigeno), en realidad de hacer cosas imperceptibles para la gente que llevan en conjunto a crear un mejor mundo.

En ocasiones sufrimos de una necesidad de importancia y una sed de protagonismo, llegamos tarde a clase y saludamos al profesor y le pedimos que por favor disculpe nuestra tardanza, sin importarnos si ya inició clase y todos estaban concentrados hasta que llegamos y cortamos el tema de la clase con nuestro importante saludo, no quiere decir que nunca lo haya hecho, pero dejé de hacerlo en el momento en que un maestro me corrigió de la mejor manera, dijo lo siguiente: “esto te va a servir para la vida, aunque te sientas avergonzado, ¿te crees el centro del universo?, ¿acaso piensas que eres el ombligo del mundo? Seguramente crees que tu saludo y tu excusa son más importante que el tema que estoy dando acá, tratando de impactar la vida de estos jóvenes que sí llegaron a tiempo y tú que llegaste tarde piensas tener el derecho a interrumpirlos para explicar tus muy importantes hechos. Pues no, no eres así de importante, eres igual de importante que una hormiga, insignificante realmente y sin derecho alguno para interrumpir lo que yo esté dictando en esta clase” Maestro Bernardo. Que pela intelectual tan grande, estaba a mitad de mi carrera y pensaba que sabía demasiado que mi ausencia se notaba en diversas situaciones y que debía excusarme con aquellos que no podían gozar de mi compañía, patrañas todas estas, cuando veo situaciones similares recuerdo de inmediato a ese profe que un día se esmeró en enseñarme que el mero hecho de existir no otorga ningún beneficio ni reconocimiento, estos hay que ganárselos, aun así son pasajeros.

Nuestra vida debería tener un grado alto de importancia para nosotros, tanto que antes de meterlo nos fijemos si tenemos el condón puesto, de ese grado debe importar nuestra vida pues no sabemos en realidad a que se ha expuesto la mujer de turno con quien estemos, puede ser el amor de la vida o la de la vida de amores. Debería importarnos tanto como para salir del “pecado” de la ignorancia y entender así mejor nuestro entorno, pues si la ignorancia fuera un “pecado”, pienso yo, no tendríamos tantas personas esperando subsidios milagrosos del gobierno y tendríamos más produciendo.

La vida de cada uno importará tanto cómo cada uno quiera, y en la medida que nuestra vida importe, la de los demás será más valiosa pues las personas que aprecian esos pequeños detalles de la existencia, las personas que aprecian su existencia, valorarán la vida de los otros con el respeto que merecen  “ama a otros cómo a ti mismo”.





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